Descripción
Admirado por sus compañeros de profesión y adorado por un público que se siente complacientemente minoritario, Javier Ruibal se encerró dos noches a finales de septiembre en la sala madrileña Galileo Galilei para grabar el séptimo disco de su carrera. El CD Lo que me dice tu boca -que lleva unas semanas en la calle- se acompaña de un DVD con imágenes de los dos conciertos, una entrevista con el cantautor y escenas de su vida cotidiana.
“Los encantos que uno pueda tener, donde mejor los luce es en el escenario y ante la gente que le entiende y conoce”, dice Javier Ruibal al explicar por qué su nuevo disco no lo grabó en un estudio, como los anteriores. “No es un disco de directo al uso, donde se toca para que el público redisfrute de lo que conoce. Lo hice a la inversa, para descubrir juntos las nuevas canciones. Busqué la complicidad de la gente que las iba a conocer a la vez que se grababan”.
“No tiene sentido juntar canciones sin más si entre ellas no funcionan. Yo tenía un puñado que casaban bien juntas, algunas ya las había cantado en directo, pero no más de diez o doce veces, por lo que eran muy desconocidas. He pretendido mantener la complicidad con los que me han seguido en todos estos años y acoger a unos cuantos más, si se puede. Que el público se sienta como una parte más del disco”.
Para llevarte a vivir, Tu nombre o La bella impaciente son algunos de los títulos de esas 16 composiciones que se agrupan en Lo que me dice tu boca. “Repasando sus letras, me he dado cuenta de que salen muchos besos, muchos labios, mucha piel, muchas bocas, y de ahí el título”, explica. Y es que, como en casi toda su obra anterior, el amor sigue siendo su tema favorito. “El amor lo centra todo, pero por el medio de mis canciones se habla de muchas cosas, de los días grises y de los días de color. El amor sólo es la excusa”.